Cómo enseñar a un Pit bull a controlar la agresividad

La agresividad canina ya sea dirigida hacia la gente (ya sean conocidos o extraños) y/o hacia otros animales es un problema de muy frecuente consulta y que tiene su origen principalmente en el inadecuado manejo del animal por parte del o de los propietario/s.

Obviamente las características de cada raza canina influyen (no es igual la agresividad innata de un Caniche que la de un Rottweiler o la de un Pit Bull) pero no son tan determinantes en la ocurrencia de este problema como lo es el manejo inadecuado que permitió y permite al animal en cuestión tener una posición dominante para con el resto de los individuos en general y para con quienes convive en particular.

Conocer la realidad para poder modificarla

Los perros como grupo y como individuos necesitan tener y seguir a un líder. El tenedor responsable de un perro debe ser ese líder y ambos (humano y animal) necesitan y deben conocer sus respectivos roles lo antes posible.

Cuando están involucrados animales de las características de los Pit Bull lo anterior dicho deja de ser un consejo para transformarse en una medida de seguridad para lograr una convivencia sin sobresaltos desagradables.

Cerca de los seis meses de edad, la mayoría de los perros comienzan a vivir una etapa adolescente que finalizará aproximadamente al año y medio cuando el animal entre en la adultez (algunos perros no alcanzan esta etapa hasta su segundo año de vida.).

En la etapa adolescente, todo lo aprendido por el cachorro pareciese haber sido olvidado: Él ni siquiera piensa en obedecer las órdenes más sencillas como el sentarse. Esto se debe a que durante esta etapa del crecimiento, el perro joven intenta probar a su grupo y a sus líderes, para conocer cuál es su posición jerárquica dentro del grupo en el que se encuentra.

american pit bull terrier carinoso

Se debe hacer un gran esfuerzo para mantener el liderazgo que hasta hacía poco tiempo se había logrado conseguir fácilmente cuando el perro era aún cachorro.

Un perro se manejará en el seno de una familia humana de igual modo que lo haría dentro de un grupo de perros. Se debe inhibir las primeras muestras de agresividad tan pronto como se manifiesten. A mucha gente le divierte ver cómo su perrito de tan solo un par de kilos de peso defiende agresivamente su hueso, pero al cabo de unos pocos meses seguramente dejará de resultarle tan divertido en especial cuando se trata de determinadas razas caninas.

Enseñar a un Pit bull a controlar su agresividad

Si se piensa en lo difícil que resulta lograr enseñarles que controlen su agresividad a muchos de los seres humanos que viven en este planeta es sencillo imaginar que el hacerlo con un perro y de raza Pit Bull no será tarea sencilla, ni rápida ni exenta de situaciones frustrantes.

A un animal no se le puede pedir que hable de sus padres, ni de sus carencias infantiles ni de sus experiencias tempranas en el ambiente donde fue criado. Lo que se debe hacer es que el animal controle su instinto a sabiendas de la recompensa que obtendrá al hacerlo.

En definitiva, condicionarlo a que inhibir su conducta agresiva le reportará una consecuencia inmediata agradable. En pocas palabras, premiarlo cuando hace las cosas bien o sea, nada muy distinto a lo que hacen las empresas con sus empleados.

Soy de la idea que el mejor premio para un perro es alabarlo verbalmente y no el recompensarlo con comida pero esto puede ser una cuestión de gusto personal. Para un individuo perteneciente a una especie gregaria como es el caso de los perros, a mi juicio, nada hay más gratificante que la aprobación de su conducta por parte de los miembros de su grupo de pertenencia y en especial de aquellos miembros del grupo con los que tiene mayor apego y a los que más respeta.

Liderazgo

La palabra líder en general presenta una connotación dual para mucha gente. Por un lado representa un condición positiva pero que, indebidamente, es asociada con el autoritarismo, el sometimiento y hasta incluso con la violencia. En realidad se puede ser el líder de un perro sin necesidad de someterlo bruscamente.

Hay cosas que se pueden hacer para generar una posición de líder con un perro sin necesidad de ser violento. Por ejemplo: Enseñarle ejercicios simples y prácticos de obediencia. Intentar hablarle siempre en un tono tranquilizador y no amenazante. Salir a caminar con él. Nunca tolerar comportamiento de monta, particularmente para con los niños. Decirle «no» con voz firme, pero sin gritar ni enojarse con el animal.

Ser coherente y justo en el uso del liderazgo conseguido. No excederse en demostraciones de afecto típicamente humanas como besos, abrazos y caricias recordando que los perros en general y los machos en especial, pueden confundir estos gestos excesivos de cariño físico con gestos de subordinación de parte de sus compañeros humanos para con ellos.

Conclusión

Es mucho más difícil corregir el comportamiento agresivo ya existente en un Pit Bull que prevenirlo desde el inicio de la relación cuando el animal es aún un cachorro.
La manera de mantener a los perros liderados sometiéndolos por la fuerza bruta ha pasado de moda afortunadamente, por lo tanto: No haga caso a quienes proponen castigar violentamente al animal.

Los perros que han sido sometidos a través de la violencia cuando eran cachorros tienden a ser ansiosos y pueden presentar agresividad por miedo y además pierden confianza en la gente. Se logra un mayor liderazgo sobre un perro si lo maneja con órdenes sencillas, coherencia en el trato diario, respeto y afecto.

El mejor consejo que se puede brindar para que alguien logre una buena enseñanza de su compañero canino es que aplique siempre la regla de las 3 P (Práctica, Paciencia y Perseverancia).

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